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Todos sabemos que cada uno de los profesionales que se involucran en estudiar la ciencia de la medicina, toma diversos caminos y se especializan en áreas en las que sienten particular interés o donde consideran que pueden aportar más a la comunidad. Es así como tenemos alergolos, gastroenterólogos, dermatólogos, pediatras, entre muchos más, donde también surge la figura del cirujano plástico, que muchas veces es sobre entendida únicamente a los aspectos externos del cuerpo y que preocupan a la persona que los tiene como un rasgo que no les agrada en los absoluto.

Sin embargo, decir que un profesional en cirugía plástica únicamente se basa en el tratamiento, mejoramiento y corrección de aspectos estéticos es subestimar su profesión, pues ellos además de atender pacientes que tienen cierta inquietud o complejo con alguna parte de su cuerpo.

También tienen los conocimientos y la experiencia necesaria para realizar intervenciones quirúrgicas de las que un médico solo no podría hacerse cargo así como tampoco otro especialista y no únicamente se encargan de corregir la apariencia por vanidad sino también por hechos desafortunados que pudieron ocurrirle a esos pacientes y que de por sí necesitan del apoyo profesional que sólo ello pueden brindarles.

La figura del cirujano plástico ha sido muy estigmatizada en la sociedad, por afirmar sin conocer, que sólo ayudan a conformar una sociedad más pérdida en su apariencia que en los valores morales y que por ello no deberían seguirse preparando para darle la razón a alguien que siendo “perfecto” tal como está desea cambiar su aspecto físico por completo. Es completamente inapropiado asegurar que los jóvenes que estudian medicina y que consideran la cirugía plástica como su área de especialización, no deberían optar por ese camino, pues serían muchas las personas que se verían afectadas por ello y no necesariamente porque quieran verse más “lindos”.

Para que podamos ponernos en contexto con lo que se intenta explicar, es necesario que sepa que muchos de los pacientes que acuden a cirugía plástica no lo hacen por corregir alguna parte de su cuerpo que los incomode por mera vanidad, sino porque padecen o tuvieron algún tipo de enfermedad que los afecta o afectó en el pasado y necesitan mejorar esta parte para sentirse mejor consigo mismos.

Este es el caso por ejemplo de las mujeres que han sufrido de cáncer de seno y que han tenido que pasar por una mastectomía para retirar por completo su tejido mamario y nódulos, lo que significa, perder estética y anatómicamente un seno, uno de las áreas femeninas con mayor impacto en una mujer. Si ella tiene la posibilidad de recuperar, estéticamente, su seno ¿por qué pedir que la figura del especialista desparezca?

Por otro lado, están las personas que han tenido que vivir con sobrepeso toda su vida y que, por motivos diferentes, lograron perder una gran cantidad de kilos. No importa la forma, ya sea por medio de ejercicio diario o por una cirugía de reducción mediante balón o banda gástrica, la piel es un órgano que si no se cuida como se debe pierde sus propiedades elásticas y no puede volver a estar como antes por mucho que lo intente.

Es aquí donde entra a jugar un papel fundamental el cirujano plástico, pues es el único que puede ayudarle a este paciente a ver por primera vez su nueva figura, sin tener que cargar con el recuerdo del pasado gracias a su exceso de piel. No está  de más que esta persona pueda disfrutar de su baja de peso y de su cuerpo más sano y estilizado, después de todo se lo merece, ¿no lo cree?

Y que podemos decir de aquellos pacientes que han sido tan desafortunados de sufrir un accidente, digamos automovilístico o por cualquier otro motivo, que le haya causado lesiones y traumas severos a su rostro y que necesite de una cirugía reconstructiva para recuperar al máximo su imagen.

Sin exagerar y sin buscar que el lector se espante, pero ¿qué se puede esperar de la calidad de vida de un sobreviviente que ha perdido su identidad, pues su cara se ha visto deformada por el accidente? Es necesario que alguien pueda ayudarlo a encontrar una solución que le permita en un 80% o más, ser la persona que todos pueden reconocer y no sólo alguien que superó un trauma. En este caso también ¿estaría de acuerdo con eliminar la figura del cirujano plástico?

Es necesario que como sociedad se entienda que el profesional no es el responsable de las decisiones de los demás, porque simplemente está allí para hacer su trabajo. Es como si se le pidiera a un abogado que no represente en juicio a una persona porque ha cometido un delito, o como si se exigiera a un odontólogo que no atienda a una paciente que busca un blanqueamiento dental porque sus dientes estructuralmente están intactos.

No hay rastros de enfermedad y sólo es un tema de color. Dado el hecho de que pertenecemos a una sociedad libre, las personas tienen el derecho a elegir cómo quieren lucir y cuál es la mejor forma de hacerlo. Pero también están quienes tienen el derecho de recuperar su vida de nuevo y de sentirse mejor luego de superar una situación emocionalmente dolorosa y mortificante.

No sé qué piensen ustedes, pero como cirujano plástico sé lo mucho que nosotros tenemos para ofrecer y que no solamente estamos aquí para complacer los deseos vanos de unos cuantos, sino que nuestra labor es más que necesaria. Después de esto, espero que pueda reconsiderar nuestro papel en la medicina y ver que vamos más allá de sólo la estética.