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Existen múltiples razones por las cuales las mujeres buscan perfeccionar la forma y el tamaño de sus senos, pues quieren lucir mucho más esbeltas con atributos de los que puedan sentirse orgullosa y no avergonzadas, luciendo prendas que las hagan sentirse cómodas con ellas mismas reflejando esa seguridad del interior en el exterior. Sin embargo existe una preocupación generalizada por quienes eligen a la mamoplastia como su procedimiento y tiene que ver con la lactancia.

Este proceso natural del cuerpo que le permite a la mujer luego de haber dado a luz, alimentar a su pequeño bebé es causa de gran incertidumbre por las mujeres que quieren hacerse un aumentos en sus senos, pues han escuchado que pueden causar gran dificultar para llevar este proceso a cabo y por ende, lo piensan dos veces. En ocasiones muchas de ellas ni siquiera asisten a una consulta con el especialista sino que buscan en determinadas fuentes de internet la respuesta, que casi nunca es la correcta.

Lo primero que la paciente debe tomar en cuenta es que cada cuerpo es diferente y por tanto cada reacción frente al procedimiento también lo es, por lo que nadie podrá determinar las complicaciones o eventualidades que puedan presentarse una vez se termine la intervención  y comiencen los cuidados post operatorios. Por otro lado existen muchos mitos, como este, que rodean a la cirugía de implantes mamarios y la única persona que puede ayudarle a resolver estas dudas es un cirujano plástico experto.

Pero entonces, ¿por qué tanta preocupación con que los implantes puedan dificultar sus posibilidades de amamantar? La mayoría de mujeres que tienen esta duda, por lo general ya son madres y  no esperan serlo de nuevo. Acuden a la consulta porque debido a sus embarazos y a la lactancia sus senos han perdido la firmeza y elasticidad que tenían, razón por la cual ahora se encuentran caídos y con una mala forma, pero les preocupa que en caso de quedar nuevamente esperando a un bebé, estos implantes les imposibiliten amamantar a su hijo y que, además de esto, les cause complicaciones en su salud.

Lo segundo que debemos mencionar es que, hasta la fecha, no existe ninguna prueba científica que nos indique que la mamoplastia ha causado algún impedimento en la lactancia de las mujeres que son madres después de este procedimiento. En los casos en los que existe la complicación se ha notado que no corresponde a la intervención, sino que la paciente presentaba estos síntomas en sus anteriores embarazos. Cuando la mujer no ha tenido hijos y presenta dificultad para lactar se descarta que sea por el implante, porque se toma en consideración su historia familiar, si sus antecesoras tenían el mismo problema o si simplemente es por causas naturales que ha desarrollado esta imposibilidad.

Lo tercero que es importante mencionar es que muchas pacientes que se acercan a la consulta manifiestan preocupación por el tema de la contractura capsular y cómo esta puede afectar la lactancia en el futuro y la verdad es que no hay nada más alejado de la realidad que considerar que un episodio como este tendrá alguna repercusión más adelante por varias razones. Uno, porque cuando se presenta una contractura capsular se produce al poco tiempo de haber hecho la colocación del implante y depende únicamente del cuerpo de la paciente. Esta es una forma en la que responde de manera protectora, resintiendo un cuerpo extraño en su interior.

Cuando esto sucede, usted debe acudir de inmediato a un servicio de urgencias para controlar la situación mientras puede comunicarse con su cirujano plástico o si tienen la posibilidad de hacerlo, hablar directamente con él para que pueda hacer una valoración más que inmediata. Allí se podrán descartar otras complicaciones, ver si se puede controlar o si en definitiva se deben retirar los implantes. Pero en cualquiera de los casos como la respuesta viene de uno de los tejidos del seno y no tiene nada que ver con los conductos por los que se produce la leche, así que no existe ninguna conexión entre ambas cosas.

Por último pero no menos importante, está la pregunta de si existen alguna conexión entre la mamoplastia y la mastitis, una condición que a veces es muy común en las madres lactantes. La mastitis consiste en una inflamación causada por la obstrucción de los conductos que llevan la leche hasta el pezón, por pequeños restos de líquido que se solidifica y por ende evita que pueda “drenarse” la sustancia hacia el exterior. Algunas pacientes consideran o piensan que el hecho de que al interior se encuentre un “objeto extraño” puede complicar aún más la mastitis y que hace más difícil el proceso de drenaje.

Sin embargo y aunque puede ser un poco más complejo que si no tuviera un implante, con la ayuda de enfermeras o de un médico competente, la paciente podrá resolver este problema, pues se le indicará la mejor manera de hacer en casa, para evitar de nuevo una complicación como esta. Es necesario que quede claro que la ubicación en la que queda colocado el implante no interviene en el funcionamiento de la glándula que se dispone a entregar la leche. Lo que puede notar la paciente es que uno de los senos se puede poner más tenso y por tanto presentar una mayor sintomatología, por lo que el seno tiende a crecer un 50% en su volumen, adicional al que ya le da el implante.

Ahora que ya resolvimos algunas dudas sobre la mamoplastia y la lactancia, la invitamos para que tome la decisión de mejorar la apariencia y el volumen de su busto, comuníquese conmigo para una cita de valoración y si tiene otras inquietudes podemos resolverlas al momento de la consulta.