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Para las mujeres es muy importante sentirse cómodas consigo mismas, por lo que constantemente están buscando la forma de lucir mucho mejor, tanto para ellas mismas como para los demás, pues a la final, ¿Quiénes somos si no nos reconoce nadie? No podemos pasar por la vida sin que alguien nunca nos note, como si fuéramos fantasmas. La mamoplastia entonces se convirtió en una de esas razones para sentirse mejor, ser notadas y distinguidas de manera positiva, cambiando su forma de verse y presentarse ante el mundo.

Buscando siempre la “estética” es que se ha conseguido que las pacientes que desean realizar una intervención como esta, cambien su estado anímico, superando fuertes periodos de depresión por tener una figura que no era para nada de su agrado y otros problemas emocionales, como falta de confianza y seguridad, mejorando de alguna forma su calidad de vida.

Es por ello que la medicina estética ha avanzado a pasos agigantados buscando los mejores métodos y procedimientos que hagan que cada una de esas mujeres luzca como quiere verse, para que se sienta completa y mucho más cómoda con su aspecto. Si recordamos bien en el pasado la mayoría de cirugías dejaban algunas cicatrices que podían notarse, sobre todo cuando la incisión se hacía de forma vertical y no semicircular, bajo el pliegue del seno.

El cambiar esta manera de intervenir los senos y poder darles una forma mucho más natural y redonda sin ningún tipo de cicatriz visible, nos dio la posibilidad de ofrecer una solución mucho más adecuada para las mujeres de hoy día, que exigen cada vez más en su aspecto físico y que buscan, de alguna manera, alcanzar la perfección. A veces es muy fácil caer en la facilidad de ver a la cirugía únicamente como una “excusa” para cambiar su naturalidad o como un simple capricho, pero la realidad es que los cambios físicos que se consiguen no son nada comparados con los que se producen en el interior.

Para muchas mujeres esta resulta ser la única solución que les permite corregir lo que no les agrada de su cuerpo, que en este caso son sus senos y por ende, conseguir una silueta más esbelta y curvilínea. Para nosotros como especialistas juzgar las razones por las cuales una paciente decide hacerse una mamoplastia de aumento, está fuera de contexto, para lo único que intervenimos en realidad es para darle nuestro concepto médico en cuanto a si sus expectativas son realistas o no, si el volumen de su implante es adecuado y se verá natural o en dado caso que la paciente ya se haya hecho otras intervenciones quirúrgicas y no esté conforme con los resultados, queriendo transformar o “deformar” su cuerpo.

Esto ocurre en la mayoría de ocasiones, porque la paciente tiene una condición psicológica conocida como dismorfia corporal, la cual la obliga a no considerarse “bonita” o “completa” hasta que se realiza una intervención tras otra. En estos casos lo mejor que podemos hacer es pedir la asistencia de otro profesional en este campo de las emociones y la salud mental para que no entregue un diagnóstico claro y para que la paciente comience un tratamiento que le permita aceptar los cambios que ha tenido su cuerpo y los que tendrá si realiza una nueva cirugía.

Pero, para no desviarnos del tema central de este artículo y por si durante la lectura no ha sido claro el objetivo de qué se puede obtener con una mamoplastia que es tan positivo y benéfico, es sin duda alguna, el cambio de actitud que tienen las mujeres luego de pasar por la intervención y la recuperación llegando a los resultados finales. Las mujeres recuperan o adquieren una seguridad y confianza que antes no habían tenido, lo que cambia su percepción de sí mismas y la forma en la que se relaciona con su entorno.

Por otro lado y luego de lograr que la mujer sienta que es mucho más atractiva para sí misma y para su círculo social, viene el aspecto netamente físico que es: conseguir una figura mucho más definida con unos atributos más bellos y con una silueta curvilínea. Esto hace que pueda lucir ropa que nunca antes se atrevió, porque consideraba que no se le veía bien o porque no encontraba alguna que se ajustara en la parte del pecho.

Este es uno de los problemas más comunes que tienen las mujeres al comprar ropa; encuentran una blusa, top o vestido que de verdad les encanta, pero que a veces solo vienen en unas tallas específicas y no se ajusta a su busto. Les pasa, tanto a esas mujeres que tienen poco busto, como para las que tienen unos senos más voluminosos que también llegan al extremo de ser incómodos. El poder utilizar prendas que las hagan sentir más sensuales es una gran recompensa.

La mamoplastia, ya sea de aumento o de reducción, tiene la cualidad de hacer lucir a la mujer mucho más femenina y atractiva, razón por la cual asisten a consulta más de 1.000 pacientes al año para someterse a este procedimiento y reconciliarse consigo mismas, luciendo y sintiéndose como siempre quisieron. Practíquese un procedimiento seguro en manos expertas, recuerde que lo barato siempre sale caro. Que el precio a pagar no sea su salud. Acuda a verdaderos profesionales, sométase a todos los exámenes sugeridos y prepárese para tener la figura que siempre ha deseado.