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Los cuerpos perfectos siempre han sido admirados con el paso de la historia y han sido razón de deseo para muchos que, en su interior, quieren verse y sentirse los más bellos. Esta admiración por la belleza física, en el desarrollo de las sociedades antiguas y modernas, llevó a que durante una época el arte estuviera encaminado precisamente en exaltar las magnitudes de la belleza del cuerpo humano, de acuerdo con los cánones impuestos por la sociedad de esos años. En la actualidad la lipoescultura se considera todo un arte, pues como su nombre lo indica, hay que crear todo un molde con adecuadas medidas y de buen aspecto.

Desde tiempos muy antiguos, hablando de civilizaciones como la egipcia, la belleza estaba muy relacionada con la expresión del rostro y en particular la mirada, razón por la cual se acentuaban tanto estos rasgos con la utilización de pintura negra alrededor de los ojos. Para los egipcios la apariencia era muy importante y sus esculturas reflejaban su aspecto físico de forma inigualable. En esta civilización el teñirse el cabello, depilarse y maquillarse eran actividades básicas que debían realizar quienes pertenecían a las clases más altas, pues eran todo un lujo.

Para esta cultura milenaria también era fundamental la limpieza corporal. Quienes pertenecían a las familias privilegiadas tenían unas duchas improvisadas, que eran adaptadas utilizando cestillos por los cuales los criados o esclavos dejaban caer el agua. Las demás clases sociales contaban con estanques dentro de sus viviendas, en los cuales se sumergían; otros tenían pequeñas bañeras improvisadas pero la mayoría de los habitantes tenían las mágicas y curativa aguas de río Nilo.

Para la civilización griega, el concepto de belleza era un tanto alejado del de los egipcios, pues además estos en sus misticismo, creían en la relación del cuerpo humano con partes animales de acuerdo a sus concepciones religiosas, mientras que para los mediterráneos el cuerpo era un templo que debía ser apreciado y admirado como tal en su condición humana y en donde la belleza era considera un aspecto fundamental.

Para esta civilización era muy importante admirar el aspecto natural del cuerpo humano y sus proporciones. A diferencia de muchos estereotipos de belleza de nuestra sociedad actual, se consideraba hermosos a aquellos que tenían un cuerpo curvilíneo. Por muchos años se consideró la escultura clásica griega como un ideal imposible de alcanzar, una fantasía perfeccionista.

Los griegos tenían una concepción bastante particular que no tenía ninguna otra cultura y que a la luz de hoy sería un planteamiento del por qué buscamos lucir tan perfectos en nuestro exterior. Consideraban que su belleza física era un regalo de los dioses y que esta reflejaba también su belleza interior, por lo que su hermosura no podía más que ser el reflejo de un don sobrenatural. Al examinarlo más detenidamente concluyeron que su aspecto físico era la demostración de su intelecto, por lo que cuánto fuera su belleza sería proporcional su inteligencia. “Kaloskagathos” era el término que utilizaban para referirse a este tipo de atributos físicos y al ser buena persona.

Los cánones de belleza interpuestos por esta civilización fueron la base de la escultura moderna y de todo lo relacionado con ella. Para muchos será sorpresa, pues es claro que no conozcan nuestra profesión con exactitud, pero quienes se desempeñan como cirujanos plásticos tuvieron que afinar sus sentidos para ser escultores de cuerpos. Por ello, nosotros conservamos un sentido de la estética y de las proporciones justos y adecuadas para el cuerpo de cada uno de nuestro pacientes asegurando que los resultados de los procedimientos sean lo más naturales. Cuando realizamos una lipoescultura, buscamos que todas las áreas tengan una adecada relacion y proporcion entre ellas para lograr cuerpos armonicos.

Mediante este procedimiento buscamos, al igual que un artista plástico, esculpir las zonas del cuerpo dándole la forma deseada que se vea atractiva y muy estética. Para que quede claro, es importante que comprenda que esta intervención quirúrgica sólo se realiza para moldear el cuerpo y no es un método efectivo para la pérdida de peso. Para los que tiene una cantidad de grasa mayor a la que se contempla para este procedimiento, muy seguramente debemos planear otra cirugía adicional antes de esta para conseguir mejores resultados.

Adicionalmente, procedimientos como este tiene grandes beneficios para el cuerpo en general, pues además de contribuir para la parte estética que es tan necesaria, el eliminar gran parte de la grasa que está en nuestro cuerpo nos ayuda a evitar posible problemas cardiacos o enfermedades relacionadas con la diabetes y el colesterol, incluso a prevenir el cáncer. Por otro lado esta intervención nos ayuda a eliminar aquella rasa localizada que no ha podido ser combatida por medio del ejercicio constante, pues ciertas áreas del cuerpo son muy difíciles de trabajar y tonificar con la actividad física.

Si usted está interesada en realizarse una lipoescultura, la invito para que agende una cita conmigo para poder evaluar su estado de salud en general y poder definir cuál es la mejor fecha para realizar su intervención. Es fundamental evaluar su estado de salud y verificar si antes de realizar el procedimiento debemos tomar medidas adicionales, como llegar a un peso ideal u otro aspecto similar. Mi nombre es Felipe Castro Esguerra, soy cirujano plástico y estoy a su entera disposición para resolver cualquier duda que le surja.