La cultura fitnnes está cada día más arraigada en nuestra sociedad, por eso no es extraño ver a través de las diferentes redes sociales todo un despliegue de videos, tips y consejos para hacer ejercicio que te permitan disminuir tallas y perder grasa en un dos por tres. Esto ha generado que más personas estén atentas a su estado físico, apariencia y salud, que han determinado que la cirugía plástica no es una opción para ellos.
Sin embargo es muy importante enfocarnos en un par de factores que son los que realmente determinan si el caso particular puede ser sometido o no a una cirugía, en especial a una abdominoplastia, una cirugía que es muy solicitada por este tipo de público que está tan inmerso en la dieta y el ejercicio. Una de las razones principales es que a pesar de todos los esfuerzos que pueda realizar el paciente, sigue viendo algunos cúmulos grasos que no bajas.
Esto no sucede porque la persona esté haciendo mal sus actividades físicas o por una mala alimentación (pues se supone que ha seguido las recomendaciones de su nutricionista para tener una dieta balanceada), sino porque hay zonas de nuestro cuerpo a las que le toma mucho tiempo recuperar una forma adecuada, liberando la grasa que está acumulada. Es por esta razón que luego de varios meses de ejercicio ves una leve mejoría pero no los resultados que estás buscando.
El ejercicio por sí solo no puede eliminar todo el tejido graso y lo peor, es que no puede hacer que la piel que ya ha sido dañada pueda tener su propiedad más importante, la elasticidad, que es la que le permite volver a su estado inicial luego de haberse estirado por un prolongado periodo de tiempo. Las personas que han sufrido de obesidad durante largos años y luego acuden al ejercicio físico como su salvavidas, tienen este gran problema.
La razón por la que comienzan con el ejercicio es muy simple, necesitan bajar de peso para poder mejorar su salud y calidad de vida. Todos sabemos que la obesidad genera grandes problemas que luego pueden terminar en la muerte de un paciente que no ha cuidado de su cuerpo, por lo que la alternativa más viable siempre será esta. Pero cuando la dieta y el ejercicio comienzan a hacer efecto, también se ven las consecuencias de años de abuso con la comida, representando en grandes colgajos de piel en el área del abdomen y en las extremidades.
En esta primera área, por lo general se realiza una abdominoplastia, que es la única alternativa que puede ayudarle a solucionar este problema estético tan complejo. Por ello también necesitan alcanzar un peso ideal, pues quienes planean someterse a esta cirugía más la extracción de la piel sobrante, deben tener un peso que no impida la realización de la intervención y que disminuya los riesgos claros que de por sí ya tiene el procedimiento.
Pero esto no solo les sucede a las personas que tiene un peso muy elevado o que sufren de obesidad, sino que también les sucede a personas que podríamos considerar que no tienen una situación tan complicada con respecto al tamaño de su cuerpo. Quienes nunca han sufrido de obesidad, pero que si han tenido sobrepeso también tienen estos problemas y en muchas ocasiones la cirugía es la única solución para tener una figura completamente torneada y esbelta.
La razón es que, a pesar de que no tiene tantos colgajos de piel, porque no fue mucho el cambio de peso por tanto no es demasiado el tejido que puede quedar y es más recuperable con el ejercicio, sin embargo habrá que ver la calidad de la piel para poder determinar si la paciente puede someterse a una liposucción o deberá hacerse una abdominoplastia. La razón para hacerlo así tiene que ver con las lesiones que se pueden causar en la piel luego de una dramática pérdida de peso, como las estrías, que en su mayoría atormentan más a las mujeres que a los hombres. Si estas lesiones ya se encuentran presentes, se considera que la piel no tiene una buena calidad, por lo que en este caso la cirugía del abdomen es la única opción tanto para retirar el poco exceso de tejido colgante como las estrías que se hayan podido generar.
Ahora ya tenemos dos factores que inciden en cuando realizar una cirugía como esta es apropiado: uno cuando la baja de peso genera tejido colgante y dos cuando la piel no cuenta con una calidad adecuada, es decir, que se encuentre estriada o lesionada de alguna manera que afecte la estética del cuerpo. Otra razón que también influye de gran manera son las cirugías previas.
Las pacientes por ejemplo que han tenido una cesárea por su embarazo, son candidatas ideales, pues ya cuenta con una cicatriz previa por la cual se puede realizar la cirugía en el abdomen. Esto facilita mucho más las cosas para el cirujano plástico pues no tiene que realizar una incisión nueva, lo cual también beneficia a la paciente pues no tendrá que pensar nuevamente en otra cicatriz marcando su cuerpo. Una vez terminado, al realizar las suturas se busca que estas puedan ser lo menos visibles para que en lo posible no quede ningún tipo de marca contundente.
Es muy importante aclarar que una vez realizada la abdominoplastia, el paciente deberá cambiar algunos hábitos comunes si no lo ha hecho aún; deberá mejorar su alimentación y procurar conservar los resultados con ejercicio físico una vez esté listo para retomar las actividades diarias. Si tienes alguna inquietud o quieres recibir mayor información acerca del procedimiento, puedes hacerlo a través de mi página web en la sección de tu interés o si lo prefieres comunicarte por medio de las líneas de atención telefónicas disponibles.